Los tipos más comunes de glaucoma
Los dos tipos de glaucoma más comunes son el glaucoma de ángulo abierto y el glaucoma de ángulo cerrado.
El glaucoma es la causa principal de ceguera en personas mayores de 60 años, y la principal causa global de ceguera después de las cataratas. El glaucoma se produce cuando se acumula fluido en la parte delantera del ojo, aumentando la presión en el ojo y daña el nervio óptico. El glaucoma es la patología común que conduce a la pérdida de visión.
Existen varios tipos de glaucoma. Los dos tipos de glaucoma más comunes son el glaucoma de ángulo abierto y el glaucoma de ángulo cerrado. A nivel mundial, el glaucoma de ángulo abierto y ángulo cerrado representan cerca del 50% de todos los casos de glaucoma. Juntos, son la principal causa de pérdida irreversible de visión en el mundo. La existencia de cada una de estas enfermedades varía considerablemente entre los grupos étnicos y raciales del mundo. En occidente, la pérdida de visión de glaucoma de ángulo abierto es más común, en Asia Oriental es más común la pérdida de la vista por glaucoma de ángulo cerrado.
La presión intraocular alta (PIO) es el factor de riesgo mayor de pérdida de la visión de ambos glaucomas de ángulo abierto y cerrado, y el único que es modificable. El riesgo de ceguera depende del nivel de la presión intraocular, la severidad de la enfermedad, la edad de comienzo y otros determinantes de susceptibilidad, tales como la historia familiar de glaucoma. Un óptimo control de la presión intraocular (PIO) reduce el riesgo de daño al nervio óptico y hace más lenta la progresión de la enfermedad.
La disminución de la presión intraocular es la única intervención comprobada de prevención de pérdida de visión por glaucoma. En todo examen regular de los ojos, debe analizarse el riesgo de contraer glaucoma y debe descartarse, ya que el glaucoma no presenta síntomas claros. Desde el punto de vista terapéutico, es esencial diferenciar el glaucoma de ángulo abierto del cerrado, pues cada una de estas formas de la enfermedad tiene consideraciones e intervenciones de control específicas. Una vez que el diagnóstico correcto de glaucoma de ángulo abierto o cerrado se ha determinado, se pueden tomar las acciones apropiadas a través de medicamentos, láser y microcirugía. La detección temprana del glaucoma, puede prevenir la pérdida de la visión. En circunstancias de escasos recursos, controlar a los pacientes con glaucoma presenta desafíos particulares. Imposibilidad de pagar, rechazo al tratamiento, cumplimiento deficiente y falta de información y concientización, representan barreras a un buen tratamiento del glaucoma. La mayoría de los pacientes no están conscientes de la enfermedad y en el momento en que se presentan, la pérdida de visión ya puede ser significativa. La lejanía de los centros asistenciales de salud e insuficientes profesionales de la salud y equipamiento, aumentan la dificultad para el tratamiento del glaucoma. Un diagnóstico de glaucoma de ángulo abierto o cerrado requiere intervención médica y quirúrgica para prevenir la pérdida de visión y para preservar la calidad de vida.
Existen varios tipos de glaucoma. Los dos tipos principales son el de ángulo abierto y el de ángulo cerrado.
Glaucoma de ángulo abierto
En el glaucoma de ángulo abierto, hay un daño característico del nervio óptico y pérdida de la función visual en presencia de un ángulo abierto sin una patología que lo identifique. La enfermedad es crónica y progresiva. Aunque una presión intraocular elevada es frecuentemente asociada a la enfermedad, la presión intraocular (PIO) elevada no es necesaria para establecer el diagnóstico. Los factores de riesgo para esta enfermedad incluyen la presión intraocular elevada, avanzada edad, historial familiar positivo, origen racial, miopía, córneas delgadas, hipertensión y diabetes. Se debe dar seguimiento regular a los pacientes que padecen de PIO elevada u otros factores de riesgo, para detectar el surgimiento de glaucoma.
Glaucoma de ángulo cerrado
En el glaucoma de ángulo cerrado, el daño al nervio óptico y la pérdida de visión pueden ocurrir en presencia de un bloqueo anatómico del ángulo de la cámara anterior por parte del iris. Esto puede llevar a un aumento de la PIO y lesionar el nervio óptico. En el glaucoma agudo por cierre angular, la enfermedad puede ser dolorosa, al punto de necesitar cuidados de emergencia. Muy a menudo la enfermedad se vuelve crónica, progresiva y sin síntomas. Entre los factores de riesgo para la presencia de esta enfermedad se cuentan el origen racial, avanzada edad, sexo femenino, historial familiar positivo e hipermetropía. Se debe dar seguimiento regular a los pacientes expuestos a estos factores de riesgo, para detectar el surgimiento de glaucoma.
