Qué hacer para conservar la salud
Sofia Reyna • 28 de abril de 2020
Ser conscientes de nuestra salud es el primer paso para conservarla. Pero eso no es suficiente; la adquisición de hábitos, comer sano y mantenerse en movimiento también forma parte de la ecuación para lograr el objetivo.

Llevar un estilo de vida saludable no es difícil. El secreto está en tomar la decisión de fortalecer nuestros hábitos hoy, para gozar de calidad de vida en el mañana. ¿Cómo lograrlo? Te damos la respuesta en 3 sencillos pasos:
1. Valora tu salud
Cuando gozas de una salud plena eres más feliz, cuentas con un buen estado de ánimo,
tu cuerpo está óptimo para realizar actividades recreativas y convivir con los seres queridos.
Esa es la razón por la que, cuando gozamos de buena salud, no nos preocupamos por la prevención. Pero si nos hacemos conscientes de nuestro estado de bienestar, entonces haremos lo posible por conservarlo.
Tómate un momento, respira y haz consciencia de cada una de las partes de tu cuerpo, siente cómo funcionan en perfecta sincronía. Reconoce el papel que desempeña cada sistema de tu organismo. Maravilloso, ¿cierto?
En cambio, cuando enfermas, tu estado de ánimo decae, el cuerpo no trabaja al 100% y el trato con las personas se torna cansado.
Entonces, si ya eres consciente de lo valioso de ese estado de bienestar, estás listo para trabajar en lo que sigue: cuidar tu salud.
2. Cuida tu salud
Lo primero que debes hacer para cuidar tu salud es
acudir con profesionales.
Visitar rutinariamente al médico para llevar un historial clínico y como primer filtro para la detección temprana de enfermedades.
Es importante que si estás en planes de iniciar una dieta acudas con un nutriólogo; no es recomendable que las personas mayores de 50 años hagan dietas extremas.
A esta edad se recomienda realizar actividades físicas recreativas, dar paseos, andar en bicicleta, nadar, etc. Si estás actividades son realizadas en compañía mucho mejor.
3. Transfórmalo en un hábito
Ahora bien, cuidar la salud no es cosa de una vez, las prácticas antes mencionadas deben convertirse en un hábito. Nunca es tarde para aprender cosas nuevas y, en este caso, para adquirir hábitos que beneficien tu salud.
Llevar una vida que promueva la salud puede parecer complicado, pero si haces pequeños cambios en tu rutina y poco a poco vas añadiendo nuevos retos, seguramente te será más fácil.
Por eso te hacemos algunas recomendaciones que son imprescindibles para trabajar en una mejor calidad de vida y que te ayudarán a dar el primer paso en la transformación de tu rutina.
Activación Física
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la inactividad física es la causa principal de aproximadamente el 25% de los cánceres de mama y de colon; el 27% de los casos de diabetes y el 30% de la carga de cardiopatía isquémica.
Para los adultos, la activación física incluye actividades recreativas o de ocio, paseos a pie o en bicicleta, actividades ocupacionales, tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias.
Dedicar 25 minutos al día para caminar, bailar, pasear en bicicleta, realizar estiramientos o nadar puede contribuir de manera significativa a mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares; la salud ósea y funcional; y reducir el riesgo de depresión y deterioro cognitivo.
El ejercicio es una variedad de la actividad física: planificada, estructurada, repetitiva y realizada con un objetivo relacionado con la mejora o el mantenimiento de uno o más componentes de la aptitud física.
Se recomienda realizar ejercicios de fortalecimiento entre dos o más veces a la semana en sesiones de 30 minutos cada una. También se sugiere no trabajar dos días seguidos el mismo grupo de músculos.
Si no estás acostumbrado a este tipo de actividad física, sería bueno que empezaras primero por dar caminatas matutinas y nocturnas para ir acostumbrando el cuerpo, y de paso practicar respiración.
Una vez que inicies con rutinas hazlo sin el uso de pesas, gradualmente puedes ir agregando más peso. Al realizar esta clase de trabajo puedes sentir cierto grado de dificultad, pero si no resistes levantar las pesas más de 8 veces, puedes reducir el peso. Por supuesto, siempre es recomendable contar con un entrenador que te guíe en el proceso.
Una dieta balanceada es el resultado de saber la cantidad que debe consumirse de cada grupo alimenticio. Considera que el tiempo cobra factura y el cuerpo deja de digerir adecuadamente algunos tipos de alimentos.
Si quieres iniciarte en comer sano lo primero es reducir tu consumo de azúcares, grasas saturadas (mantequilla, quesos, etc.), carne roja (ternero y cerdo) y evitar las harinas refinadas.
Consume más pollo y pescado, de preferencia que su preparación sea al vapor o en horno. Trata de que, en tus comidas, y entre ellas, la presencia de frutas y verduras no falte, su consumo provee de muchos nutrientes.
Opta mejor por las harinas integrales, este tipo de alimentos contienen carbohidratos, fuente de energía sana y el uso de grasas no saturadas, como el aguacate y el aceite de oliva.
Complejos alimenticios
A partir de los cincuenta años, el ejercitarte y comer sano ya no es suficiente. El organismo necesita la ayuda de suplementos alimenticios.
Tus aliados en esta etapa son el calcio, la vitamina D, el magnesio, el omega 3 y la vitamina B12. Los hábitos de vida saludable y los complejos alimenticios es la fórmula que buscabas para mantener la salud.
Aclaramos que su uso dependerá de tu estado de salud. Antes de consumirlos consulta a tu médico.
El calcio ayuda para evitar que los huesos se vuelvan frágiles. Sin la vitamina D, el calcio no podrá adherirse al hueso; esta vitamina es adquirida de forma natural de algunos alimentos, como el queso y el huevo; y de la exposición al sol, pero en pequeñas cantidades.
Para mantener la salud cardiaca se recomienda tomar magnesio. Controla la tensión arterial y previene arritmias, comunes en esta etapa de la vida.
El hígado vacuno y las almejas son la mejor fuente de vitamina B12, su consumo evitará enfermedades relacionadas con la demencia.
Y por último el omega 3 frena la pérdida de las células cerebrales relacionadas con el envejecimiento. También ayuda a mejorar el flujo sanguíneo, evita problemas relacionados con enfermedades cerebrales, cardíacas y el cáncer.
Exámenes médicos periódicos
Una de las mejores formas de prevenir enfermedades o de detectarlas a tiempo es realizar exámenes médicos periódicamente.
Los especialistas señalan que después de los cuarenta años es necesario realizar un examen anual de la presión arterial, colesterol y diabetes. En caso de contar con niveles altos es preciso llevar un monitoreo.
El cáncer de próstata es más común entre los hombres de cincuenta años; para su prevención se recomienda realizarse una prueba PSA o un examen rectal digital, cada año.
Un examen ocular completo, previene la pérdida
parcial o completa por glaucoma. La cual no presenta síntomas, incluso la puedes estar padeciendo sin saberlo; los exámenes oftalmológicos
periódicos son la clave para su detección y atención oportuna.
La OMS declara que las dietas insalubres y la falta de actividad física están entre los principales factores de riesgo para la salud. Ahora conoces la fórmula para combatir este factor de riesgo. Mantén las enfermedades a raya con un monitoreo clínico
y ahora sí, dedícate a disfrutar de la vida.

La imagen que proyectamos a los demás es imposible ocultarla. Si quieres tener éxito para conseguir un trabajo, o triunfar en ventas al persuadir a tus clientes, asegúrate de que tu outfit sea un aliado más. Tu vestimenta debe convencer al resto de las personas de que eres digno de confianza, alguien acostumbrado a ganar. Es increíble la cantidad de veces que no se logran los resultados esperados sencillamente por no traer la indumentaria correcta, ya que la imagen proyectada no logra transmitir lo que se desea de manera clara y sin rodeos. La gente que nos rodea, toma decisiones todo el tiempo y forma prejuicios a partir de lo que logramos transmitirles.