Según las ultimas estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, la ceguera evitable por cataratas representa aproximadamente el 75% de los casos de ceguera a escala mundial. Se calcula que actualmente unos 180 millones de ciegos en el mundo y unos 20 millones de personas ciegas como consecuencia de las cataratas. Se espera que este porcentaje aumente debido al envejecimiento de la población y al aumento de la expectativa de vida. Aunque la catarata no es prevenible, su tratamiento quirúrgico es una de las intervenciones más coste-efectivas en la atención sanitaria.
Alrededor del 80% de los casos de ceguera son evitables si se toman las medidas preventivas, se realizan las intervenciones quirúrgicas a tiempo y se aplican los tratamientos para recuperar la vista.
La catarata puede definirse como una pacificación del cristalino que deteriora la visión y constituye, la principal cauda de ceguera en el mundo. La mayoría de las cataratas están relacionadas con el envejecimiento. Las cataratas son muy comunes en las personas mayores. Cuando llegan a los 80 años de edad, más de la mitad de los norteamericanos tienen una catarata o han tenido una operación de cataratas. La catarata puede ocurrir en uno o en ambos ojos. La catarata no se transmite de un ojo al otro.
El cristalino es la parte clara del ojo que ayuda a enfocar la luz, o una imagen, sobre la retina.
La retina es el tejido sensible a la luz situado en el fondo del ojo.
En un ojo normal, la luz pasa a través del cristalino transparente a la retina. Al llegar a la retina, la luz se convierte en señales nerviosas que se envían al cerebro. El cristalino tiene que estar transparente para que la retina pueda recibir una imagen clara.
Si el cristalino está nublado por una catarata la imagen que usted ve será borrosa.
Las cataratas relacionadas con la edad se desarrollan de dos maneras:
El cristalino está compuesto en su mayoría por agua y proteína. Cuando esta proteína se acumula, nubla el cristalino disminuyendo la luz que llega a la retina.
La opacidad puede ser tan severa que hace borrosa la visión. La mayoría de las cataratas relacionadas con la edad se desarrollan debido a las acumulaciones de proteína. Cuando la catarata está pequeña, la opacidad afecta solamente una pequeña porción del cristalino. Quizás usted no note ningún cambio en su visión.
Las cataratas tienden a “crecer” lentamente, así que la visión se deteriora gradualmente. Con el tiempo, el área opaca del cristalino se puede agrandar y la catarata puede aumentar de tamaño. La visión se dificulta, haciéndose más opaca o más borrosa.
Cuando el cristalino transparente poco a poco adquiere color con la edad, su visión puede lentamente ir adquiriendo un tinte marrón. Al principio, la cantidad del tinte puede ser poca, sin causar problemas con la visión. Con el tiempo, el tinte se intensifica y puede hacer más difícil leer y hacer otras actividades rutinarias. Este cambio gradual en la cantidad del tinte no afecta la claridad de la imagen transmitida a la retina.
Si usted tiene una decoloración avanzada del cristalino, quizás no pueda identificar los tonos azulados y morados. Por ejemplo, usted puede creer que tiene puesto un par de calcetines negros y no se dará cuenta que son morados hasta que sus amigos se lo digan.
El riesgo de cataratas aumenta al envejecer. Otros factores de riesgo para las cataratas son:
Los síntomas más comunes de una catarata son:
Aunque la mayoría de las cataratas están relacionadas con el envejecimiento, hay otros tipos de cataratas:
La catarata se detecta a través de un examen completo de los ojos que incluye:
Se pueden mejorar los síntomas de una catarata en su etapa inicial con nuevos anteojos, mejor luz, gafas anti-reflectoras para el sol, o lentes de aumento. Si estas medidas no le ayudan, la cirugía es el único tratamiento eficaz.
La cirugía consiste en remover el cristalino opaco y reemplazarlo con un lente artificial. La catarata solamente se debe remover cuando la pérdida en la visión interfiere con sus actividades diarias, como manejar, leer o ver televisión.
Usted y su oftalmólogo pueden tomar esta decisión juntos. Una vez que usted entienda los beneficios y los riesgos de la cirugía, usted puede hacer una decisión informada sobre si la cirugía para las cataratas es apropiada para usted.
En la mayoría de los casos, demorar la operación no hace daño a los ojos a largo plazo, ni hará que la cirugía sea más difícil. No es necesario que apure la cirugía. A veces es necesario remover la catarata aún cuando no le causa problemas a su visión.
Por ejemplo, una catarata se debe remover cuando impide examinar o tratar otro problema de los ojos, tal como la degeneración macular relacionada con la edad o la retinopatía diabética. Si usted decide operarse, su oculista puede enviarlo a un cirujano especialista para extraer la catarata.
La operación de las cataratas es una de las más comunes, seguras y eficaces. En alrededor del 90% de los casos, las personas que se operan de las cataratas ven mejor después de la operación.
Su oftalmólogo le puede explicar la diferencia y ayudarle a determinar cuál es mejor para usted:
Después de que se ha extraído el cristalino, frecuentemente se reemplaza con un lente artificial llamado lente intraocular (LIO). Un LIO es un lente plástico transparente que no requiere cuidado y que se convierte en una parte permanente del ojo. El LIO enfoca la luz claramente sobre la retina, mejorando su visión. Usted no sentirá ni verá el lente nuevo.
Algunas personas no pueden usar un LIO. Pueden tener otras enfermedades de los ojos o pueden haber tenido problemas durante la operación. A estos pacientes se les puede sugerir lentes de contactos blandos o anteojos con un grado elevado de aumento.
Hoy, los pacientes juegan un papel más activo en el cuidado de su salud. Sea un paciente interesado con relación al cuidado de sus ojos.